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En ocasiones nos puede surgir la duda de qué hacer a la hora de pagar un bien o servicio, sobre todo cuando tengo los fondos necesarios en mi cuenta bancaria. ¿Es buena idea desprenderse de mis ahorros para financiar la compra? ¿Es mejor solicitar un préstamo para no quedarme sin dinero?
Para tomar la decisión más apropiada a nuestro caso particular es necesario conocer las implicaciones de cada opción con el fin de valorar la alternativa más sensata que no altere demasiado nuestras finanzas personales.
Continua leyendo para saber tomar la mejor decisión cuando te llegue el momento.
Pagar al contado
Pagar al contado supone pagar una compra o servicio con nuestros ahorros. De este modo, liquidamos la operación de una sola vez y se terminan las preocupaciones. Es decir, quiero comprar un televisor que cuesta 2.500 € y, como dispongo del dinero, lo pago y listo. Asimismo y a mayor escala, si necesito comprar un vehículo que cuesta 16.000 € y tengo suficiente dinero en el banco, lo pago de golpe en el concesionario sin financiarlo y asunto acabado.
Ahora bien, ¿qué ventajas e inconvenientes tiene esta opción de pago? ¿Qué va a suponer para mi economía?
Ventajas de pagar al contado
Entre las principales ventajas que tiene pagar una compra o servicio al contado se encuentran las siguientes:
- No incremento mi nivel de endeudamiento, ya que realizo el pago de golpe y me olvido.
- Me ahorro los intereses y comisiones que traen consigo los préstamos personales, por lo que la compra me sale más barata.
- Evito incurrir en impagos a futuro, ya que no tengo pendiente ninguna deuda que devolver en forma de cuota mensual.
- Mi reputación financiera no se verá afectada y mi historial crediticio quedará impecable.
Desventajas de pagar al contado
Por el contrario, hay que tener en cuenta las siguientes desventajas antes de tomar la decisión de abonar una compra al contado con nuestros ahorros:
- Pérdida de liquidez.
- Imposibilidad de hacer frente a otras posibles compras o servicios al haber gastado todos o parte de mi dinero ahorrado.
Pedir un préstamo
Solicitar un préstamo supone incurrir en una responsabilidad de pago con la entidad durante los meses que dure el préstamo. Es decir, nos comprometemos a hacer frente a la deuda de manera puntual hasta liquidar el préstamo a través del pago de cuotas mensuales acordadas en el contrato.
Ventajas de pedir un préstamo
Las principales ventajas de solicitar un préstamo para pagar una compra o servicio en lugar de abonarla al contado son las siguientes:
- Conservo mis ahorros en el banco, en caso de tenerlos.
- No necesito tener el dinero de antemano para adquirir un bien o disfrutar de un servicio.
Desventajas de pedir un préstamo
Por el contrario, el hecho de solicitar un préstamo conlleva las siguientes desventajas que es importante considerar:
- Pagaré intereses y/o comisiones, por lo que la compra me saldrá más cara.
- Riesgo de impago que ensuciará mi historial crediticio.
- Riesgo de aparecer en listas de morosos como las de ASNEF si dejo de pagar las cuotas acordadas.
>> Blog: ¿Cuándo es buena idea solicitar un préstamo personal y cuándo no?
¿Puedo pagar parte de la compra con mis ahorros y la otra parte con un préstamo personal?
Efectivamente, destinar parte de mis ahorros a la compra que deseo realizar y solicitar un préstamo para terminar de abonar el precio total es una opción muy interesante. De este modo, compaginamos el no quedarnos sin ahorros en el banco y pagar los menos intereses posibles al pedir prestada una cantidad de dinero más reducida.
Conviene recordar que es importante contar con un colchón financiero en el banco que debe cubrir nuestros gastos de entre tres y seis meses, como poco. Por tanto, el cálculo de cuánta parte de mis ahorros destinar a la compra para solicitar un préstamo y abonar la cantidad que falte depende de la situación económica de cada uno y de algunos otros factores.
Por ejemplo, de la capacidad de ahorro individual. Si una persona es capaz de ahorrar cada mes 2,000 € será más fácil que destine sus ahorros a la compra y abone al contado, pues le va a costar menos reponer ese colchón financiero que una persona que solo pueda ahorrar 50€ al mes.
Unido a lo anterior hay que tener proyección de futuro económico. Es decir, ¿cuento con un trabajo estable que me va a permitir obtener ingresos regulares todos los meses? ¿O tengo un contrato temporal y dejaré de recibir ingresos en un tiempo? O quizás soy Autónomo y mis ingresos varían de un mes a otro.
Ejemplo práctico
Supongamos que tenemos 10.000 € ahorrados en el banco y tengo que realizar una reforma en casa que me va a costar 8.000 €:
- Si pago al contado me quedarán 2.000 € de ahorros tras abonar los 8.000 € de la reforma.
- Si solicito un préstamo por todo el importe conservaré los 10.000 € de ahorro, pero al final la reforma me puede salir por unos 8,800 €, al haber tenido que abonar intereses.
- Si solicito un préstamo parcial poniendo la mitad del dinero de mi bolsillo conservaré 5,000 € de ahorros y la reforma me habrá salido por unos 8,400 € tras haber pagado los intereses correspondientes.
Como ves, cada opción es diferente y aunque la primera parezca más acertada porque la reforma me cuesta menos, conviene analizar cada caso particular y valorar el riesgo de disminuir el colchón financiero con el que contamos.
Fuentes: Mia Revista, La Vanguardia