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Ahora bien, ¿qué ocurre si de repente no puedo seguir haciendo frente a las cuotas mensuales del préstamo? Continúa leyendo para conocer los gastos extras que tendrás que pagar, además de saber cómo actuar para evitar consecuencias económicas graves.
¿Es aconsejable dejar de pagar las cuotas de un préstamo personal?
Si te encuentras en una situación económica difícil y no puedes seguir pagando las cuotas acordadas de un préstamo personal, no se recomienda dejar de pagar bajo ningún concepto. Lo mejor será hablar con la entidad para llegar a un acuerdo antes de incurrir en impagos que conllevarán consecuencias económicas no deseadas.
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A continuación explicamos en detalle las comisiones en las que un deudor incurrirá desde la primera cuota impagada, si llega el caso:
Primera cuota impagada
Desde la primera cuota impagada la entidad financiera empezará a cobrar:
- Intereses de demora: suelen ser más altos que los intereses normales del préstamo.
- Comisión por reclamación de posiciones deudoras: suele rondar los 30€ y 45€ y se trata de un coste que aplica la entidad por los recibos devueltos y por avisarnos de que debemos pagar las cuotas mensuales.
Segunda cuota impagada
A partir de la segunda cuota impagada la entidad negociará con nosotros una forma amistosa de devolución de las cuotas impagadas. Sin embargo, en caso de no llegar a un acuerdo, el banco nos comunicará por escrito que va a proceder a incluir nuestro nombre en listas de morosos como las de ASNEF.
La principal consecuencia de figurar en este tipo de ficheros es que nuestro historial crediticio se verá ensuciado de cara a solicitar financiación en futuras ocasiones. Nos obstante, sí que es cierto que cada vez más entidades financieras no bancarias continúan ofreciendo minicréditos con ASNEF.
Tercera cuota impagada
En la tercera cuota impagada es muy probable que la entidad comience una reclamación judicial cuyo calado dependerá de la cantidad impagada en cuestión. Por ejemplo:
- Si el préstamo impagado es un minicrédito, esto es, una cantidad inferior a 1.000€, es probable que el impago se salde al introducir los datos del prestatario en los ficheros de ASNEF hasta que se liquide la deuda. Al tratarse de cantidades tan pequeñas a la entidad no le merecerá la pena incurrir en reclamaciones judiciales.
- Si el préstamo impagado es de mayor cantidad, el banco emprenderá acciones legales contra el deudor. Recordemos que la garantía de los préstamos personales son nuestros bienes presentes y futuros, por lo que nos pueden comenzar a embargar dinero y propiedades. Por ejemplo, la entidad puede empezar embargando el dinero de nuestras cuentas corrientes, nuestra nómina, así como nuestra casa o nuestro coche. Si contábamos con avalista del préstamo, procederá a embargar sus bienes también.
Consecuencias psicológicas de dejar de pagar un préstamo personal
Además de las consecuencias económicas y de reputación crediticia, el caer en impagos puede acarrear problemas de salud, como estrés o ansiedad. Es normal que el hecho de vernos embargados nos produzca inquietud y preocupación hasta que no se resuelva la situación y liquidemos la deuda pendiente.
Qué hacer si no puedo pagar un préstamo personal
Si nos encontramos ante una situación en la que no podemos seguir pagando las cuotas mensuales del préstamo acordadas, lo mejor es hablar con entidad de inmediato para no llegar a incurrir en impago. Se trata de buscar una alternativa con el banco para evitar agravar la situación y que pueda perjudicarnos económicamente de manera importante.
Hay que tener en cuenta que aunque hablemos con la entidad el préstamo nos acabará costando más dinero por el incremento de los intereses u otros gastos asociados al impago de cuotas, pero esta situación será mucho mejor que no decir nada a la entidad y dejar que actúe judicialmente cada mes.
Así, algunas de las alternativas que podría proporcionar la entidad son las siguientes:
- Prorrogar el préstamo: consiste en aplazar el compromiso de pago durante unos días hasta que el prestatario resuelva su problema financiero y pueda volver a abonar las cuotas mensuales.
- Reestructurar la deuda: con esta medida podemos alargar el plazo de devolución del préstamo o bien extender la frecuencia de pago de las cuotas y no abonar dinero todos los meses.
- Reunificar las deudas: se trata de unificar todas las deudas contraídas con la entidad en una sola para que sola tengamos que realizar un solo pago. Así conseguiremos un mayor plazo de devolución y posiblemente una menor cuota a abonar cada mes.
- Aplicar un periodo de carencia del préstamo: consiste en aplicar un periodo en el cual se aplaza alguna de las obligaciones de devolución del préstamo. Por ejemplo, se aplaza la devolución del capital y se abonan solo los intereses durante el periodo de carencia establecido. De este modo la cuota a pagar por parte del prestatario se reduce, posibilitando el poder continuar con el pago.
En definitiva, antes de solicitar un préstamo personal debemos analizar nuestras finanzas y asegurarnos de que podremos devolver las cuotas mensuales. Si una vez concedido el préstamo y durante la vida del mismo nuestra situación económica cambia, lo mejor es negociar con la entidad una alternativa de pago que podamos afrontar para evitar dejar de pagar las cuotas mensuales.
Fuentes:Economipedia, El Economista,