En esta guía te explicamos los conceptos básicos de los intereses, los tipos de intereses que te encontrarás, cómo calcularlos y más.
Índice
Los intereses nominales: TIN y TAE
En España, los intereses de un préstamo se expresan en dos porcentajes: TIN y TAE. Para no confundirlos, los definimos rápidamente:
- TIN, o Tipo de Interés Nominal, es el porcentaje aplicado de forma anual a un préstamo como precio por el mismo.
- TAE, o Tasa Anual Equivalente, cuya diferencia es que se trata de un porcentaje que incluye el TIN de un préstamo más comisiones, gastos y otros costes asociados al mismo préstamo.
Aunque ambos son valores interesantes para comparar un préstamo, el mejor valor para identificar si un préstamo es más barato que otro es la TAE, porque incluye todos los gastos aplicados a la operación. Por ejemplo, un préstamo con una TIN del 0% podría no ser gratuito, pero un préstamo con una TAE del 0% sí que lo es.
Los intereses se calculan de forma anual, tanto el TIN como la TAE. Eso significa que un préstamo al 6% TAE acarrea un coste del 6% del capital prestado, de forma anual. Si se pide un préstamo por un plazo superior a un año, se aplica el porcentaje a cada período anual o fracción, y si el plazo es inferior a un año, también se reduce proporcionalmente según el tiempo de devolución. Esto se aplica a toda clase de préstamos, hipotecas o tarjetas.
Tipo fijo y Tipo variable
El tipo de interés de un préstamo se muestra en su contrato de acuerdo con las condiciones ofrecidas por la entidad prestamista. Este porcentaje puede ser fijo o variable y se pacta al principio, no pudiéndose cambiar sin modificar todo el contrato.
- Tipo fijo: este porcentaje es uno que no varía y se mantiene durante toda la vida del contrato de préstamo, por lo que no hay sorpresas y las cuotas son siempre las mismas. Es el modelo clásico para entidades financieras online y bancos en lo que respecta a préstamos personales, créditos al consumo o tarjetas de crédito.
- Tipo variable: el tipo variable puede modificarse durante el contrato de préstamo, en función de algún valor que se tome como referencia (por ejemplo, el IPC o el Euríbor). Al final, el tipo variable es una parte fija más una parte que depende de dicho índice. Es muy frecuente en algunos tipos de hipotecas pero no tanto en préstamos personales.
→ Un apunte sobre los intereses: la amortización constante o sistema francés
En España, se calcula la cuota del préstamo a partir de un sistema llamado amortización francesa, es decir, que la cuota a devolver cada mes es siempre la misma, no varía el importe de dinero que se deduce en los recibos del primero al último. Sin embargo, dentro de esa cuota, lo que sí varía es la estructura de capital e intereses.
Esto quiere decir que en el sistema francés, durante la vida del préstamo, los intereses se calculan aplicando el tipo de interés sobre el capital pendiente de devolución en cada momento, lo que implica que al principio del préstamo la cuota tiene más parte de intereses que de capital, y esto va equilibrándose hasta que la última cuota es casi todo capital y apenas intereses. Eso, como hemos dicho, sin que el importe de la cuota varíe en ningún momento. Así, en la primera cuota podemos estar pagando un 90% de intereses y un 10% de capital, y en la última esos porcentajes se intercambian.
Los intereses compuestos
Los intereses compuestos son un concepto en el corazón del endeudamiento y el ahorro, y solo por esta razón, es esencial comprender qué es. En primer lugar, el "interés simple" se basa en el importe principal de un préstamo o depósito, mientras que el interés compuesto se basa en el importe principal y el interés que se acumula sobre él en cada período (en resumen, intereses sobre los intereses).
Para explicarlo con más detalle, el interés compuesto es "la suma de intereses a la suma principal de un préstamo o depósito". El interés compuesto puede ser el sueño de un ahorrador y un aspecto no tan positivo para prestatarios, porque puede significar que las ganancias producen ganancias por su cuenta, o que las deudas crecen proporcionalmente a medida que pasa el tiempo sin cancelarlas.
En conclusión: aspectos a tener en cuenta
A modo de resumen, te ofrecemos algunos puntos clave que debes recordar cuando te mires los intereses de los préstamos que vayas a comparar:
- Muchas entidades financieras ofrecen los intereses como algo inamovible y no negociable, pero ante cualquier duda, consulta.
- Los intereses pueden ser confusos, pero son una gran herramienta para comparar condiciones. Fíjate en la TAE final de tu contrato y ésta te contará toda la historia de tu préstamo, incluyendo gastos que pensabas que no estaban ahí.
- Las comisiones deben aparecer por obligación en la TAE, pero no en el TIN, por lo que es buena idea emplear ambos valores en tu comparación.
- Tienes derecho a disponer de toda la información contractual de forma transparente antes de formalizar el contrato de préstamo personal o financiación de crédito. Si una entidad no te proporciona esta información, desconfía.
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