Todos tenemos como aspiración en algún momento de nuestra vida comprar una primera vivienda para dejar de “derrochar” dinero en alquileres y que al final contemos con un patrimonio propio. Sin embargo, este paso es tan importante como complicado en términos económicos, ya que se trata de un gran desembolso para el que hay que estar preparado y dispuesto a asumir.
La compra de una vivienda no tiene nada que ver con adquirir otro bien de menor valor, como un vehículo (dependiendo de cuál, claro) o mobiliario para la casa. La comprar de una propiedad supondrá, para la mayoría de los compradores, hipotecarse a largo plazo con una entidad bancaria hasta que terminemos de saldar nuestra deuda. Es por ello que es una decisión que no puede tomarse a la ligera, ni sin haber hecho números para asegurar que podremos hacer frente al pago de las cuotas sin pasar apuros económicos o sin llegar a entrar en listas de morosos por no poder pagar a la entidad.
En este artículo te proporcionamos algunos consejos sobre cómo ahorrar para poder comprar tu primera vivienda, que también son aplicables a cualquier momento de tu vida, aunque no tengas en mente adquirir un bien inmueble.
Antes de nada, conviene recordar que, en general, aunque ya hay bancos que pueden dar al comprador el 100% del valor de la casa en una hipoteca, esto no es recomendable para el futuro propietario y se recomienda no pedir más del 80% del valor. Es decir, se aconseja poner de tu bolsillo una entrada del 20% para que la deuda con la entidad no sea tan alta y no te cuesta tanto devolver las cuotas mensuales.
Índice
1. Termina con tus deudas actuales (si las tienes)
Si estás pensando en adquirir tu primera vivienda y vas a empezar a ahorrar para ello, el primer paso es saldar todas tus deudas actuales, si las hubiera. De este modo, el compromiso de destinar parte de tus ingresos mensuales a algún pago pendiente no te entorpecerá en el proceso de ahorro que vas a comenzar.
2. Revisa tu balance mensual: ingresos y gastos
En segundo lugar, ¿has revisado alguna vez cuál es tu balance mensual? Esto es, sumar todos los ingresos recibidos y restar los gastos fijos y variables en los que sueles incurrir todos los meses. El resultado final de esta operación es tu balance financiero, y te permitirá saber si gasta más de lo que ingresas o, por el contrario, si ingresas más de lo que gastas, que obviamente es el escenario ideal y necesario para cualquier familia.
Una vez que has hecho este cálculo, ya tienes un punto de partida sobre el que empezar a plantearte cómo ahorrar para comprar tu primera vivienda, ya que el dinero que te sobra a final de mes tras cubrir tus gastos es el ahorro que generas, y que debes empezar a guardar a buen recaudo. De este ahorro obtenido, debes comenzar bien a guardar todo para destinarlo a la compra de la casa, o bien guardar parte del mismo para este fin.
Esta decisión de cuánto guardar dependerá de cada uno, es decir, de la cantidad de la que estemos hablando, del precio de la vivienda que deseas comprar o de la prisa que tengas por realizar la compra, entre otros factores.
3. Reduce tus gastos mensuales
Cuando nos disponemos a ahorrar dinero para adquirir una primera vivienda conviene repasar los gastos en los que incurrimos de manera mensual, ya sean fijos o variables. Lo cierto es que, hasta que uno no analiza en detalle en lo que se le va el dinero, no se da cuenta de todo lo que podría estar ahorrándose.
En este punto nos referimos a las siguientes partidas de gasto, entre otras:
Cesta de la compra
Por ejemplo, ¿es necesario comprar en el supermercado siempre las mejores marcas, en lugar de la marca blanca? O, ¿y si en vez de comprar ciertos artículos en el chino de debajo de casa, donde seguro que son más caros, intento acudir siempre a grandes superficies, aunque tenga que andar algo más y aunque solo necesite un bote de tomate?
Facturas varias
Revisa tus facturas de gas, electricidad, wifi, Internet o teléfono. Está claro que estas son obligatorias para contar en casa con los servicios básicos. Pero, ¿de verdad necesito pagar tanta potencia de electricidad, o necesito pagar la suscripción a tantos canales de televisión? A lo mejor con tener uno es suficiente.
Ocio
Revisa la cantidad que gastas al mes en comer fuera de casa, en pedir comida a domicilio, en taxis, o en la cuota del gimnasio. Seguro que de aquí puedes reducir un montón de tu gasto mensual si prescindes de hacer cosas que realmente no necesitas (o al menos no con tanta frecuencia).
4. Ahorra en tus compras habituales
En relación con el punto anterior, otro consejo es intentar ahorrar algo en esas compras mensuales de las que no puedes prescindir. A continuación, exponemos algunos ejemplos:
Cesta de la compra
En cuanto a la cesta de la compra, te sorprenderías de los euros que podrías ahorrar cada vez que vas al supermercado si empiezas a tomar ciertas medidas, como pueden ser: preparar antes la lista de la compra para ceñirse a ella y evitar comprar “sobre la marcha”; recurrir a la marca blanca; aprovechar las ofertas de productos no perecederos o bien la sección de ofertas por caducidad, etc.
Transporte
Adicionalmente, también podemos intentar ahorrar algo de dinero en otros gastos como, por ejemplo, el transporte. Infórmate bien de los bonos mensuales que puedes adquirir, o replanteate el transporte a utilizar siempre que te sea posible. Por ejemplo, a lo mejor no es tan descabellado ir a más sitios andando o en bicicleta en vez de coger siempre transporte público, o incluso taxis, sin duda el medio más caro y en el que puede que gastes más de la cuenta.
Alquiler
Si estás en un momento en el que debes tratar de reducir gastos como sea, a lo mejor es momento de plantearse cambiar de piso a otro cuyo alquiler sea más económico. Si podemos reducir este coste, aunque sea en 50 € al mes, al final del año habrá supuesto un ahorro de 600 €, y todo va sumando.
5. Vende aquello que no necesitas
Te puede parecer una tontería, pero es posible que tengas algún artículo en casa, de mayor o menor valor, que no utilizas para nada y al que podrías sacar un dinerito extra. Puede ser desde algo grande como un vehículo que realmente no utilices mucho, hasta algo menor, como un aparato electrónico o incluso prendas de ropa que no uses.
6. Hazte con una fuente de ingresos adicional
Otro consejo algo más difícil de conseguir, pero no imposible, es intentar ampliar tu fuente de ingresos. A lo mejor haciendo un esfuerzo los fines de semana o por las tardes puedes intentar encontrar algún otro trabajo por horas, como puede ser cuidar de niños o de personas dependientes, así como de dar clases particulares o cualquier otra tarea que sepas desempeñar.
7. Deposita tus ahorros regulares a buen recaudo
Una vez que has comenzado en serio a ahorrar para destinar dichos fondos a tu vivienda, encárgate de depositarlos en una cuenta que sepas que no vas a tocar. Así, puedes optar por una cuenta de ahorro que ofrezca tu propio banco, que además hasta puede que tenga un tipo de interés que te dé algún beneficio.
También podrías recurrir a otros productos bancarios que, como la cuenta de ahorro, no supongan ningún riesgo de perder liquidez. Por ejemplo, infórmate de qué depósitos bancarios ofrece tu banco u otra entidad, ya que meter tu dinero en estos productos podría generar unos intereses que hasta te vendrán bien para aumentar ligeramente tus ahorros.