Si has solicitado una hipoteca o te planteas hacerlo en algún momento de tu vida, debes saber que es posible contar con un periodo de tiempo en el que tu cuota se reduzca si atraviesas un momento económico complicado. Sin embargo, ten en cuenta que esta opción no abarata el coste total de la hipoteca, sino que la termina encareciendo, por lo que se recomienda solicitarla solo si es estrictamente necesario.
Infórmate aquí para saber más acerca de esta opción de pago de una hipoteca.
¿Qué es la carencia de una hipoteca y cuánto tiempo puede durar?
La carencia de una hipoteca es un periodo de tiempo determinado durante el cual solo se pagan los intereses a la entidad financiera que concedió la financiación, en vez de abonar capital más intereses generados. Esto significa que durante el tiempo que dure el periodo de carencia se abonará una cuota menor a la inicial, por lo que el prestatario puede tener un respiro si así lo necesita.
Por su parte, la duración del periodo de carencia depende de cada entidad, si es que esta llega a concederse, y suele ser de entre seis meses a cinco años, e incluso más. No obstante, hay bancos que no ofrecen carencias hipotecarias, por lo que en caso de necesitarla una vez se ha firmado el contrato con la entidad, habrá que buscar otras alternativas para reducir la cuota mensual a pagar en caso de necesitarse.
Tipos de carencia hipotecaria
Existen los siguientes tipos de carencia hipotecaria:
Carencia parcial de una hipoteca: consiste en pagar solo intereses durante el tiempo que dure el periodo de carencia, en lugar de abonar la cuota habitual de capital más intereses.
Téngase en cuenta que, aunque no se esté amortizando capital durante el periodo de carencia, se siguen generando intereses, por lo que el coste total del préstamo hipotecario acabará siendo mayor.
- Carencia total de una hipoteca: consiste en no pagar ni capital ni intereses durante el periodo que dura la carencia. Esto supone que cuando termine la carencia se habrán acumulado intereses, y esto sumado a la amortización de capital pendiente hará que la cuota a devolver aumente manera considerable.
En cualquiera de las dos modalidades hay que terminar de pagar la hipoteca dentro del plazo de devolución establecido al inicio. Por tanto, la cuota a pagar tras el periodo de carencia va a ser mayor en ambos casos, sobre todo si hemos optado por la carencia total.
Quién puede solicitarla y cuándo se puede optar a ella
La posibilidad de optar a un periodo de carencia hipotecaria varía de una entidad a otra, por lo que conviene estudiar bien el contrato antes de firmarlo para saber si la solicitud de una carencia se encuentra en alguna de las cláusulas. En caso de que no se contemple dicha posibilidad se podría negociar con el banco para ver si es posible incluirlo en el contrato.
En general, sea cual sea la entidad, los perfiles que suelen poder optar a una carencia hipotecaria son los siguientes:
- Primeros compradores: aquellas personas que se enfrentan por primera vez a la compra de una vivienda suelen poder optar a una carencia hipotecaria con el fin de reponerse ante dicho gasto y poder continuar con el pago de las cuotas establecidas.
- Inversores inmobiliarios: por su parte, las entidades financieras suelen conceder la posibilidad de solicitar una carencia hipotecaria a inversores que deciden comprar viviendas para alquilarlas, por ejemplo. Así, cuentan con un margen de tiempo para encontrar inquilinos, poder la casa a punto, etc., antes de pagar las cuotas a la entidad prestamista.
- Personas con ingresos variables: nos referimos a trabajadores por cuenta propia, esto es, autónomos o freelance, que pueden optar a una carencia de la hipoteca para ajustar sus ingresos variables a los pagos de las cuotas.
Ventajas de la carencia de una hipoteca
En cuanto a las ventajas acerca de solicitar una carencia de una hipoteca podemos mencionar las siguientes:
- Menor cuota a pagar durante los meses que dure la carencia, ya que solo se abonan intereses. Esto quiere decir que si atravesamos un momento de dificultad económica podemos no sentirnos tan ahogados por tener que seguir pagando la cuota inicial.
- Posibilidad de destinar una mayor parte de nuestros ingresos a otros gastos importantes que hayan surgido y no puedan esperar. Por ejemplo, una factura médica, medicamentos, la reparación de un coche o de elementos indispensables de nuestra vivienda, etc.
Desventajas de la carencia de una hipoteca
Por su parte, encontramos las siguientes desventajas en referencia a una carencia hipotecaria:
- Mayor coste total de la hipoteca: aunque no se amortice capital durante el tiempo que dure la carencia, se siguen acumulando intereses. Esto significa que, a la larga, el coste total de la hipoteca habrá sido mayor.
- Mayor cuota una vez finalice el periodo de carencia: al dejar de amortizar capital durante el periodo de carencia, la cuota será mayor una vez retomes el pago de las cuotas habituales, ya que el plazo de vencimiento del préstamo hipotecario se mantiene como figuraba en el contrato.
- Comisiones a pagar: en general, al solicitar un periodo de carencia durante la vida del préstamo se debe hacer una novación de la hipoteca, o sea, definir de nuevo los términos y condiciones en los que se concede la misma. Esto conllevará una comisión en la mayoría de los bancos que el prestatario debe abonar.
Ejemplo práctico
Supongamos que hemos contratado una hipoteca de 150.000 € a 25 años a un tipo de interés del 3%. En el cuadro que se muestra a continuación vemos la cantidad total a devolver si no solicitamos carencia, o si la solicitamos parcial o total:
Sin carencia | Con carencia parcial | Con carencia total | |
---|---|---|---|
Cuota el primer año | 711,32€/mes | 375€/mes | 0€/mes |
Cuotas siguientes | 711,32€/mes | 731,26€/mes | 753,51€/mes |
Intereses a pagar | 63.395,09€ | 65.104,24€ | 67.009,96€ |
TOTAL A DEVOLVER | 213.395,09€ | 215.104,24€ | 217.009,96€ |
Como podemos observar, la cantidad total a devolver aumenta si solicitamos un periodo de carencia. A su vez, la cantidad es mayor si la carencia es total que si es parcial.
Cuándo solicitar una carencia hipotecaria
Debido a que el coste total de la hipoteca aumenta al solicitar una carencia hipotecaria, se recomienda tan solo solicitarla si es absolutamente necesario porque nuestras finanzas atraviesen un momento complicado que no esperábamos. O, por ejemplo, si somos inversores y necesitamos un periodo de tiempo hasta encontrar inquilinos es posible que necesitemos solicitar un periodo de carencia hipotecaria.
Por su parte, es posible solicitar una carencia de la hipoteca bien al principio del todo, cuando se firme el contrato, o en cualquier momento de la vida del préstamo. Eso sí, conviene informarse acerca de si la entidad con quien tenemos la hipoteca ofrece dicha solicitud a los prestatarios.
Alternativas a una carencia hipotecaria
Si lo que necesitamos durante un periodo de tiempo es reducir la cuota mensual a pagar, puedes intentar lo siguiente antes de solicitar una carencia hipotecaria a tu entidad:
- Negociar un tipo de interés menor: es difícil de conseguir, pero siempre se puede intentar.
- Negociar una moratoria: esto es, un periodo de tiempo durante el cual el banco no te cobra las cuotas y tampoco se generan intereses.
- Negociar una ampliación del plazo de devolución: para que tus cuotas se vean reducidas con respecto a la cifra inicial podrías ampliar el plazo de devolución para repartir el pago entre más meses. Eso sí, acabarías pagando más intereses a la larga.